Si bien es cierto que en Ambato y Tungurahua no se registran hechos violentos como en los que se evidencian en provincias como Esmeraldas, Guayas y Los Ríos, especialmente, pero se comienza a tener delitos que ya son de preocupación por parte de los diferentes sectores ciudadanos y colectivos.
En la semana que pasó por ejemplo un grupo de cinco sujetos ingresó en la madrugada del miércoles al lugar donde vive una pareja de adultos mayores para rebuscar los objetos de valor, el dinero en efectivo que estos hampones creían que tenía en el lugar. Al final se llevaron $900 que el par de ancianos esperaban depositar.
Luego, en la madrugada del viernes se advirtió de un robo a un hospital privado en la parroquia Izamba que habían ingresado con armamento y herramientas para llevarse una alta suma de dinero en efectivo, así como laptops y otros insumos. Ahí se advirtió que la población estuvo unida y dispuesta a dar con los malhechores.
Asimismo, frente a hechos delictivos con el uso incluso de explosivos, Hernán Auz, que representa al colectivo Ambato Unido y Solidario, anunció que para este 25 de abril se programa la realización de una concentración para decirle a los delincuentes que la ciudadanía se encuentra unida y no se le va a permitir que los hechos delictivos avancen.
También los habitantes de La Joya el fin de semana protagonizaron una marcha nocturna, para también advertir a los delincuentes que no van a permitir que sigan en su ingrata tarea de amedrentar a los ciudadanos de bien.
Es que hay grupos delincuenciales que al parecer llegan a barrios o sectores un tanto apartados del centro de la urbe ambateña para intimidar a los dueños de locales comerciales o pequeñas tiendas para “vacunar” a los dueños, que caso contrario con palabras impublicables les amenazan hasta con quitarles la vida. Les exigen $20 y $30, dependiendo del tamaño del local.
No nos queda nada más que adoptar acciones unidas, no ser impávidos o mirar con indiferencia lo que pasa a nuestro alrededor, es hora de hacer fuerza común para impedir que los delincuentes nos amedrenten o nos intimiden, que no nos permitan continuar con nuestras labores con normalidad, como siempre se lo ha hecho.
Ojalá también el nuevo gobernador de Tungurahua, Saúl Medina Garcés, venga con estrategias que permitan hacerles frente a estos hechos delictivos que quieren tomar fuerza, pero que no se lo debe permitir.